Amigos enganchados:

dilluns, 5 de desembre del 2011

Deseos e Imposibles.


—Deseaba que fueras tú. Lo deseaba con todo mi alma.
“Y yo deseaba no hablar más contigo y aquí estás otra vez. No te das por vencida…”
—Sabes que no me rindo fácilmente y lucho por lo que quiero.
“Por lo que quisiste querrás decir.  No quiero volver a pasar por esto.”
—Lo sé. Pero ahora puede ser diferente, ¿no crees? Ha pasado mucho tiempo. Y el tiempo es lo único que consigue hacerte olvidar. 
“Será que mi tiempo no tiene el mismo efecto sobre mí.”
—Creo que…
“¡Olvídame! Voy a colgar  Marta. Adiós.”
—¿Por qué me hablas así? ¿Qué te he hecho yo? 
 “¿Que qué me has hecho? Permíteme que te lo recuerde ya que tu tiempo te hace olvidar lo que quieres. No lo que debes.”
—No me digas estas cosas, Leo… sabes que aún te quiero. 
“Tú no sabes lo que es querer Marta.  Y si fuera así, ¿de qué sirve que ya?”
—Quiero intentarlo de nuevo.
“Quieres, quieres, quieres. Siempre tú, tú,  tú. ¡No!”
—Como en los viejos tiempos. ¿Recuerdas?  
“Pensé que eras tú la que olvidabas…”
—Teníamos que encontrarnos a escondidas porque mi padre no me dejaba verte.
“Si le hubieras hecho caso desde el principio…”
—Ahora ya somos mayores. Mi padre…
“Siempre lo fuiste, Marta. Mayor, quiero decir. Eras mayor para lo que querías menos para plantarle cara a él cuando te necesité. Tu padre… Olvídalo, Marta.” 
—¡Leo!
“Deja que tu tiempo me borre. Debes borrar de tu memoria que un día existí. Que compartí esos pocos momentos contigo. Borra. Borra y vive, como el resto.”
—No quiero olvidarte, Leo. Ni olvidarte ni borrarte. Quiero tenerte aquí, a mi lado, por siempre. 
“Llegas tarde, Marta.” 
—Perdóname, Leo. A mí y a él. A los dos.
“Los golpes no duelen mientras sangran, duelen cuando cicatrizan. Cuando se cae la postilla, cuando la marca desaparece de la piel pero no del corazón.”
—¿Con quién hablas, Marta? —irrumpió un hombre grande y orondo en la habitación de Marta. Ésta estaba sentada en el alfeizar de la ventana, escondiendo una fotografía entre las palmas de su mano. 
Con nadie, papá —contestó y volvió a mirar a través del cristal—. Con nadie.


P.D.: A 4 manos, con Jara. (Gracias)

20 comentaris:

Rebeca Gonzalo ha dit...

Se lo he dicho a Jara y lo mantengo... muy buena historia. Plasma a la perfección las cárceles que encierran a inocentes sin necesidad de barrotes.

Un abrazo.

Malena ha dit...

Ays, ese diálogo me ha recordado tantas cosas...
Muy buena historia, os felicito a ambos.

Un placer leeros esta semana :)

Pistachita ha dit...

Que bien leeros a los dos! Me ha encantado chicos!

Pugliesino ha dit...

Como le comenté a Jara, lográis aislar la fuerza del diálogo centrándonos en el para sorprendernos con una puerta que se abre y un silencio que se deshace.

¡Enhorabuena a ambos!

El mundo de Yas (Andrés) ha dit...

ya era bueno, ver nuestro regreso, pero lo bueno de lo bueno es veros escribir mano a mano... je.
Hellcito que bien verte escribir otra vez tio.

Abrazote.
Mundoyás

Jan Lorenzo ha dit...

Una grata sorpresa ver que vuelves y que lo haces tan bien acompañado y con un relato tan bueno. Me gusta mucho como habéis plasmado las dos versiones de esa relación, aunque finalmente esa conversación fuese sólo imaginaria. ¿Y qué fue de él? Nunca lo sabremos, habrá que dejar volar la imaginación...

Por cierto, yo también ofrezco mis manos para cuando apetezca ;)

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Larisavel ha dit...

Ahhh! Ahora lo veo aún mas claro! Venía del blog de Jara, y sabia que habiais escrito en conjunto, pero no sabia que era la misma historia la que habiais publicado, y aún asi, los dos os ocmplementais y le dais aun mas sentido. Que sorpresón!

Lo dicho, me encanta ver a los "clásicos" por aqui de nuevo. besiiis

Hada de las frases ha dit...

Te digo lo mismo que le dije a Jara: Una conversación muy bien llevada, dos puntos de vista de una misma relación, aunque esos dos puntos de vista estuvieran dentro de una misma persona. Qué triste es a veces la vida y qué cobardes somos nosotros que no nos atrevemos a luchar por lo que queremos.

Te dejo besos y polvo de Hada.

atenea ha dit...

Como le he dicho a Jara (jajaja todos empezamos así, pero es lo que toca esta semana...) me ha gustado mucho, nos habéis metido en el diálogo haciéndonos creer una cosa y al final nos habéis sorprendido con la triste realidad.

Encantada de pasar por aquí de nuevo :)

Besos!!

Señor de las Historias ha dit...

¿Qué puede pasar cuando las cuatro manos que se juntan son las tuyas y las de Jara? Un relato duro, intenso, con un diálogo realista y una historia que deja, cuanto menos, tocado.

Un saludo,

SdlH

Sara ha dit...

Con cuatro manos como las vuestras, lo normal era encontrarme con un relato así. Brillante, chicos. Intenso, duro, necesario.

;)

Pd. ¿Por qué no puedo acceder al blog de Jara?

Popi ha dit...

Yo vengo a dejarte un abrazo. El comentario lo dejaré en el blog de Jara, al que me dirijo ahora.
:)

Sara ha dit...

¿Dónde he leído esta historia antes? Vale, veo que entendí correctamente lo de las cuatro manos. Os ha quedado un diálogo muy fluido e intenso.
Un saludo.

alguien ha dit...

Tío, qué bien reencontrarte por aquí. Y a cuatro manos con la gran Jara.
Ahora bien, yo quiero ver qué me preparas la semana que viene, a ver si no hemos perdido los viejos y buenos hábitos.
¡Un abrazo!

Brian

Hell ha dit...

Lo tendrás, Alguien. Además porque esa frase me inspira locura que sé que a ti te gusta. ;)
Un abrazo!

Larisavel ha dit...

Jeje, pues ya sabes, tienes que quitar la marca del mapa ¡ya!

Me ha encantado lo de "Lauri", asi me llaman mis amigos, asi que a ti te dejo, jeje.

Besineees

El Pistolero ha dit...

Como sois, los dos. Unos capullos. Escribís juntos, lo hacéis bien (muy bien), y encima os dejáis un diálogo duro duro aquí.

Me caéis mal ambos, que lo sepáis. :D

Aarón

Esther ha dit...

Ya decía yo que me sonaba esto ¡Je,je!

Triste historia pero, muy chulo que os ha quedado todo :) Perfect! :) Mis felicitaciones y saluditos :) Encantada de haber conocido tu espacio :)

wannea ha dit...

Que pedazo de historia, duele mucho cuando se llega al final y se descubre el pastel, increible, no podía ser menos viniendo de vosotros

bessos!

Juan ha dit...

Hola Hell

Muy interesante este relato. No hay narrador hasta los dos últimos párrafos. El resto no es más que un diálogo que, en realidad, es un monólogo.

Una historia de corazones rotos. Y con el mérito de estar escrita a cuatro manos.

Un saludo.

Juan.